21 mayo 2010

Lugares magicos: Venecia


Venecia “La Reina del Adriatico”

Al norte de Italia, en la costa del mar Adriático, se encuentra una de las ciudades más peculiares, y atractivas de nuestro planeta.

Tal ciudad es Venecia, referida por muchos como “La Reina del Adriático” y por otros como “La Serenissima”.

Lo que siempre ha llamado la atención de Venecia, aparte de sus hermosos palacios y refinado arte, es que no tienen calles. La ciudad fue diseñada para transitar en botes.

El diseño de la ciudad es dominado por un ancho canal llamado Canal Grande. Este canal, que tiene la forma de una S invertida, separa los dos núcleos urbanos mayores. A ambos lados de este canal se elevan los majestuosos palacios por más de tres kilómetros. Otros canales menores, y aun otros mucho más estrechos, desembocan en el Canal Grande, formando una intrigada red. En total son unos 177 canales menores, creando unas 118 islas, las cuales se conectan entre sí por cerca de unos 400 puentes peatonales.



Segun se dice originalmente en las islas sobre las cuales se edificó Venecia vivían pescadores en lo que no se pude describir como mucho más que una villa sumamente pobre. Entonces comenzaron las oleadas de los ataques de los bárbaros a las maravillosas ciudades al norte de Italia. Aquellos que lograron huir se refugiaron en la villa de pescadores una y otra vez hasta que se convencieron que en tierra firme su pellejo, y tesoros, no estaban seguros. Entonces comenzó la edificación masiva en lo que llegó a ser una de las potencias comerciales más poderosa que haya existido en el Mediterráneo. Claro, esta no siempre fue la historia del origen de Venecia que en una de sus glorificadas explicaciones proclamaba que habían sido ninfas las que designaron su existencia y en otra que fue fundada por habitantes de la antigua Babilonia.







Venecia, la ciudad más romántica de Italia, y yo creo que del mundo, es el refugio perfecto para los amantes que mano a mano llenan sus calles estrechas y sus plazas. La noche es el momento más mágico, un paseo por el Gran Canal en vaporetto (o en góndola) y un café en la Piazza San Marco.